Estuvimos toda la clase experimentando la posición que tenía que tener el sensor y la distancia que tenía que medir para que detectase bien la pelota, y no diera patadas al aire cuando la pelota estaba demasiado lejos de él. Descubrimos, además, que con no había una única forma de conseguirlo, ya que dependería de cómo habíamos colocado el sensor para que unos bloques funcionasen mejor que otros.
Al final de la clase estuvimos probando su funcionamiento entre todos, viendo a ver qué pateador lanzaba la pelota más lejos.


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